Hum...
Hola a todos! Cómo van las cosas?
Espero que bien, y que el calor del verano no os esté afectando
mucho. A decir verdad, tampoco está haciendo un calor excesivo,
verdad?
Bien, tras un montón de días sin
escribir, con un europeo y un nacional de boccia de por medio, vuelvo
a acercarme a vosotros con el único fin de despedirme. El pasado fin
de semana fue el campeonato de España de boccia en Barakaldo y, con
él, llegó el final de la temporada.
Ahora toca descansar y cargar pilas.
Volví a mi casa hace dos días. Todavía no he visto a casi nadie.
De hecho, tardaré en hacerlo. Me apetece descansar y desconectar de
muchas personas y de muchas de mis rutinas y obligaciones. Hacer las
cosas con calma y ver a la gente poco a poco. Además, voy
entendiendo que tengo derecho a ver solamente a aquellas personas que
realmente me apetece ver. Pienso que, si de vez en cuando no hacemos
un “stop”, no podemos dejar lugar a nuevas sensaciones; ya sea
con las actividades de siempre o con actividades nuevas. Aunque, si
os digo la verdad, esta mañana al despertar no he podido evitar
hacer unos estiramientos. Por rutinas, y porque siento que me van muy
bien.
Es momento de sentarme a descansar y
reflexionar sobre el año que ahora termina. Ha sido un año rico y
duro a la vez. No os voy a hablar de ello, pues prefiero guardarme
esas reflexiones, y porque, en realidad, todavía no las he tenido.
Pero sí os invito a una reflexión:
El otro día me regalaron el libro
“¿Quién se ha llevado mi queso?”. En él, se le plantea al
lector la siguiente pregunta: -¿Qué harías si no tuvieses miedo?-.
Y anima al lector a salir de su zona de confort, de su vaguedad y de
su vida cómoda y estancada. Anima al lector a arriesgarse en busca
de una vida mejor o más plena. Y te hace reflexionar sobre todos los
caminos u opciones a las que renunciamos o ni siquiera intentamos por
miedo o por comodidad. Muchos de nosotros estamos en ese estado,
pienso, en el que no movemos ficha por miedo al cambio y a lo
desconocido. Y quizás, el verano, sea un buen momento para,
simplemente, identificar esos miedos...
Lo dicho. Feliz verano a todos. Y,
pensad:
¿Qué harías si no tuvieses miedo?
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